Un experimento laboral llamado nepreryvka.
En 1929, la Unión Soviética lanzó un experimento llamado nepreryvka. Las semanas pasaron a tener 5 días en un intento por aumentar la productividad.Los dirigentes habían visto cómo su gran maquinaria soviética se detenía un día a la semana: los domingos. Para solucionarlo, dividieron a la población en 5 grupos. Cada grupo tendría 4 días de trabajo y uno festivo diferentes, por lo que las fábricas siempre estarían activas con un 80% de trabajadores. Sobre el papel, todo bien.
Además de mejorar la producción, podían conseguir otro efecto de rebote: reducir la incidencia de los actos religiosos que se llevaban a cabo en días festivos.
El resultado de este experimento te sorprenderá…
La productividad no mejoró y la motivación y la moral descendió. Pronto, circularon críticas, como la que se podía leer en el periódico oficial Pravda: ¿Qué podemos hacer en casa si nuestras mujeres están en las fábricas, nuestros hijos en las escuelas y nadie puede visitarnos? No es un día festivo si estamos solos.
Aunque nos quejemos de aglomeraciones los fines de semana o de un país que se detiene en verano, el calendario social persiste por estos motivos. Es una ventaja poder ir a comprar un miércoles por la mañana o irte de vacaciones en octubre, pero, al final, lo importante es poder sincronizarte con las personas que te importan. Cada uno a su manera. Parece que la vida, mejor compartida.