Tiburones en peligro: realidades y mito.
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Al igual que cientos de especies de peces, los tiburones están bajo la creciente presión resultante de la industria de la pesca global.
Mientras las reservas de peces comestibles descienden, muchas flotas de pescadores están optando por los tiburones como fuente alternativa de comida, con efectos catastróficos potenciales no sólo para la población de tiburones, sino para el ecosistema marino también.
A la población de tiburones le lleva un largo rato reponerse de la pesca excesiva. Ellos crecen muy lentamente y les lleva un buen tiempo alcanzar la madurez sexual: 20 años o más en algunas especies. Cuando se reproducen, generan pocas crías en comparación con otras especies de peces.
Estos factores ya han puesto en peligro varias especies de tiburones, particularmente en las áreas costeras donde existen grandes grupos de tiburones a los que alimentar, tal como la costa del Atlántico Norte de América. El descenso del número de tiburones tiene serias consecuencias para los ecosistemas en los que viven. Los tiburones son parte esencial de la cadena alimenticia, y su naturaleza depredadora los ayuda a mantener a raya el número poblacional de las especies de sus presas.
Sin tiburones que ayuden a mantener un balance saludable, los ambientes marinos están bajo un gran riesgo de daño permanente. Al igual que cientos de especies de peces, los tiburones están bajo la creciente presión resultante de la industria de la pesca global. Mientras las reservas de peces comestibles descienden, muchas flotas de pescadores están optando por los tiburones como fuente alternativa de comida, con efectos catastróficos potenciales no sólo para la población de tiburones, sino para el ecosistema marino también.
A la población de tiburones le lleva un largo rato reponerse de la pesca excesiva. Ellos crecen muy lentamente y les lleva un buen tiempo alcanzar la madurez sexual: 20 años o más en algunas especies. Cuando se reproducen, generan pocas crías en comparación con otras especies de peces. Estos factores ya han puesto en peligro varias especies de tiburones, particularmente en las áreas costeras donde existen grandes grupos de tiburones a los que alimentar, tal como la costa del Atlántico Norte de América.
El descenso del número de tiburones tiene serias consecuencias para los ecosistemas en los que viven. Los tiburones son parte esencial de la cadena alimenticia, y su naturaleza depredadora los ayuda a mantener a raya el número poblacional de las especies de sus presas. Sin tiburones que ayuden a mantener un balance saludable, los ambientes marinos están bajo un gran riesgo de daño permanente.
Evolución del tiburón.
Los tiburones han existido por mucho tiempo. Los primeros tiburones que se conocen, evolucionaron hace unos 400 millones de años, más de 200 millones de años antes que los dinosaurios, y eran depredadores bastante comunes. Más de 2.000 especies han sido identificadas a partir de los archivos fósiles, comparadas con las casi 1.000 que sabemos que existen hoy en día.
Los tiburones más antiguos que se conocen eran muy diferentes en apariencia a sus contrapartes modernas. Algunos lucían más como anguilas que como peces típicos. Muchos de ellos tenían hocicos redondeados en vez de los puntiagudos con los que asociamos a los tiburones de la actualidad; tenían cerebros más pequeños y sus dientes eran suaves, en vez de afilados o serrados como los que típicamente observamos hoy en día en los tiburones modernos. Sus aletas eran menos flexibles y maniobrables y, posiblemente, los tiburones de la antigüedad eran menos ágiles que sus primos modernos. Pero en algunas cosas eran muy similares a los animales a los hoy llamamos tiburones, con el mismo esqueleto cartilaginoso, múltiples hendiduras branquiales y dientes reemplazables.
fuente: El Mundo de Skizzo